Bajo el abrigo del macizo de Izarraitz en la comarca de Urola Medio, se encuentra el municipio guipuzcoano de Azpeitia.

La localidad es muy conocida por el santuario de Loiola. Se encuentra a un kilómetro del casco urbano y es, sin duda, el conjunto más emblemático del municipio.

Desde este municipio, contemplaremos la belleza del macizo de Izarraitz. A través de sus senderos, llegaremos a rincones mágicos, cimas de espectacular belleza como Erlo, Xoxote y Kakueta, esta última perteneciente a la vecina localidad de Azkoitia.

El Municipio cuenta con tres interesantes museos que merecen una visita. El Museo Vasco del Ferrocarril, El museo medioambiental Ekoetxea (antes Ingurugiro Etxea), La Santa Casa y la Casa Torre de los Loiola.

Nada más llegar a esta localidad guipuzcoana que se sitúa bajo la protección de Izarraitz,quedaremos impresionados con los bellos edificios que se alzan en sus calles.

En la plaza destacan el edificio del ayuntamiento, con un llamativo escudo en su fachada, y la parroquia de Santa María la Real.

También merecen una visita las casas-torre de la villa, como la de Baldakua, Floreaga, Idiakez o Etxe Beltza (torre medieval con aspecto negruzco consecuencia de un incendio sufrido en la Segunda Guerra Carlista) e Insausti, una de las más antiguas de Gipuzkoa. Esta última fue sede de los "Caballeritos de Azkoitia".

Este municipio ha destacado siempre por la arraigada tradición que ha tenido en torno a la pelota, prueba de esa devoción son los 7 frontones homenaje a Jorge Oteiza.

Situada a los pies del macizo de Izarraitz y a orillas del río Urola, Zestoa, villa de gran tradición termal, es muy conocida por las propiedades curativas de sus manantiales. Su balneario lleva en funcionamiento desde 1804 y permite disfrutar del beneficio de sus aguas descubiertas a finales del siglo XVIII.

En plena Belle Epoque, Zestoa atrajo a la aristocracia europea, llegando a inaugurarse un hotel, edificio emblemático del balneario. Hoy en día, el Gran Hotel-Balneario, el único de la Comunidad Autónoma Vasca, está totalmente reformado y ofrece las últimas técnicas en hidroterapia, con distintos tipos de piscinas, baños, duchas y vapores. Con una capacidad para 213 personas, cuenta además con la Q de calidad turística.

Zumaia está situada en uno de los tramos más bellos del litoral guipuzcoano, en una hermosa bahía donde confluyen los ríos Urola y Narrondo. Rodeada de verdes montañas que descienden hasta el mar en forma de abruptos acantilados.

El casco histórico, se encuentra presidido por la parroquia de San Pedro, iglesia gótica del siglo XIII.

Otro de los lugares de obligada visita son sus espectaculares acantilados, muy interesantes desde el punto de vista geológico. Desde la playa de Itzurun hasta Deba, se puede realizar un precioso recorrido para contemplar las peculiares formaciones rocosas que se alzan sobre el mar. En bajamar, queda al descubierto un peculiar fenómeno denominado Flysch.

Destino turístico por excelencia, la villa cuenta con un completo servicio hostelero y un casco histórico de interés desde el punto de vista artístico y arquitectónico, además de un entorno natural de excepción.

Bañada por el mar Cantábrico, Zarautz está situada en la comarca de Urola Kosta. Su extensa playa, flanqueada por los acantilados de Santa Bárbara y Mollarri, se extiende a lo largo de 2.500 metros y está rodeada por un animado paseo marítimo, repleto de terrazas y cafeterías.

El casco histórico, jalonado por edificios y monumentos de interés, es una de las zonas más animadas de la villa.

Getaria ha sido, tradicionalmente, un pueblo de pescadores y de grandes navegantes como Juan Sebastián Elcano. Durante cientos de años la caza de ballenas tuvo una gran importancia en la economía de la villa.

En Getaria no puedes pasar por alto una visita al Museo Cristóbal Balenciaga. Te resultará también altamente atractivo su entorno natural conformado por barrios rurales.

Getaria es una villa medieval amurallada, asentada en una ladera, llama especialmente la atención por la silueta del monte San Antón, más conocido por su peculiar forma como el "Ratón de Getaria", que se asoma al mar.